Ash Keller prefiere mantener su corazón más frío que la morgue. Después de haber jurado no amar después de una desastrosa ruptura, ha aprendido a prosperar en su nueva carrera como doula de la muerte. Cuando su cliente millonario, Augustus Fox, le pide que lo acompañe en un viaje con todos los gastos pagos para reparar los lazos familiares y cumplir los últimos deseos, ella acepta.
Solo hay un clavo en su ataúd.
Nathaniel Whitford, el nieto médico absurdamente guapo y gruñón de su cliente, está con él en el viaje. Un hombre que la odia a muerte desde que ella irrumpió en su boda hace años. Será un milagro si sobrevive a estas vacaciones sin ser arrojada a un volcán.
Aún así, Ash se niega a dejar que la sonrisa petulante de Nathaniel y sus pectorales ondulantes la desvíen de sus deberes de doula de la muerte. Ella puede sobrevivir dos semanas en el paraíso con su rostro ofensivamente atractivo. Pero cuando la caída de cocos y el drama familiar amenazan con arruinar las vacaciones, Ash y Nathaniel llegan a un acuerdo: enterrar su animosidad y hacer que las vacaciones sean perfectas para Augustus.
Pronto, se forma un vínculo tentativo (y una atracción mutua) entre la improbable pareja. Con cada desventura tropical y cada encuentro apasionado a altas horas de la noche, Ash se da cuenta de que hay más en Nathaniel que sus bromas mordaces y su fachada tensa. De repente, el amor parece más complicado que la muerte. Y cuando el viaje llega a su fin, Ash debe decidir si mantendrá su corazón a dos metros bajo tierra o lo arriesgará todo... para bien o para mal.
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