¿Podría su oscuridad liberarme?
Aurelia
Desde que tengo memoria, los bosques fuera del jardín del Edén han susurrado mi nombre en la cálida brisa.
Después de escapar a través de las relucientes puertas, sigo la llamada del bosque y entro en la inquietante y fría oscuridad.
Lo que no esperaba era encontrarme secuestrada y llevada al infierno por tres ángeles caídos con majestuosas alas negras, cabello azabache y ojos oscuros.
La curiosidad que ardía dentro de mí siempre fue mi mayor caída, y ahora me ha llevado aquí, al punto de no retorno. Un solo toque pecaminoso es todo lo que se necesita para inclinar mi mundo sobre su eje.
Pero no caeré sin luchar. Si quieren romperme, tendrán que luchar por ello.
Daemon
Nos topamos con ella una noche, el inocente ángel del Edén, perdida en el bosque sola, como un cordero llevado al matadero.
Intacta e intacta.
Alas blancas que ruegan ser sumergidas en tinta negra.
Y curiosos ojos azules que suplican corrupción.
Un juguete nuevo y brillante con el que jugar hasta que se rompa.
Pero no todo es lo que parece.
Detrás de su inocencia se esconde algo mucho más feroz.
Algo que podría hacerme caer de rodillas si bajo la guardia.
¡LO QUIERO!Tocada por la oscuridad y sumergida en tinta negra, lo llamo para que salga de las sombras donde se esconde, esperando atormentar mis pesadillas.
Después de traer el pecado al Edén, hago lo único que nunca debería hacer. Algo que sé que será contraproducente.
Hago un trato con Amenadiel para que me ayude a escapar del Edén.
El pecado te cambia. Invita a la oscuridad interior a alimentarse lentamente de los últimos restos de luz.
Y si no tengo cuidado, también devorará mi alma.
Me vi obligada a hacer un trato con el diablo, bueno, con una especie de diablo.
Uno con motivos ocultos, todo para llevarme de vuelta a ellos.
Los tres chicos con alas negras como la tinta y fuego del infierno en sus ojos.
Esos mismos hombres que me introdujeron al pecado y pintaron mi lienzo en blanco con sus propios deseos oscuros.
Pensé que podía confiar en ellos, pero nada podría haberme preparado para su traición.
El secreto que me ocultaron. Me llevó de vuelta aquí, de vuelta a donde todo comenzó.
Lo que ellos no saben es que hay más en mi oscuridad de lo que cualquiera de nosotros podría imaginar.
Ha estado esperando allí, latente, lista para liberarse durante mucho tiempo.
Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, y yo lo creo.
¡LO QUIERO!
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